miércoles, 25 de diciembre de 2013

Banco de Alimentos 15M-Tetuán -- El Banco que no es un banco

"El 15M está muerto", "la gente es como es", "esto no tiene solución"... Os suena el discurso, ¿verdad? Es lo que dicen en la tele y los periódicos señores muy formales y formados de traje y corbata. Es lo de siempre. Es el discurso de la derrota.


Y sin embargo se mueve.

Tetuán, mi Tetuán, el Tetuán del oeste, es un barrio obrero de Madrid que ha sido y está siendo duramente golpeado por la crisis. Es un barrio tranquilo, de gente trabajadora de todos los colores y orígenes, donde muchísima gente se empleaba en oficios relacionados con la construcción y sectores afines. Es fácil entender por qué nos golpeó tan duramente esta crisis estafa en la que nos hundimos en aquél ya lejano año de 2007. 


Uno de los problemas que tiene aquí y en todas partes la población migrante es la ausencia de redes de ayuda en los lugares de destino. Si no has vivido dentro de una cueva durante los últimos 5 años lo más probable es que sepas, por ejemplo, que hoy en día muchas familias de este Reino están saliendo del paso gracias a la pensión y los ahorros de los y las abuelas. Cuando uno se encuentra en la zona donde creció, suele disponer cerca de familia y amigos en quienes apoyarse en caso de necesidad, pero eso es algo cada vez más complicado de encontrar cuanto más se aleja de allí. A esto además hay que sumar las pésimas condiciones económicas, las nefastas "reformas" antisociales de este gobierno y el propio sistema económico y político en el que vivimos, que como en la novela de Camus, poco a poco nos convierte a todos en extranjeros para con los demás, e incluso, para con nosotros mismos. Todas estas circunstancias, al concurrir, provocan que cada vez más y más gente se halle en situación de tener que pedir auxilio, y no encuentren a quién. La Constitución de 1978 define a España como un Estado social y de derecho, y como tal, debería ser éste quien se ocupara de las personas, pero en estos tiempos de oscuridad vemos que vivimos en un Estado que se comporta de manera sociópata, dedicándose a torturar y esquilmar a sus ciudadanos en lugar de a ayudarles a salir adelante. El consumismo primero nos alejó a los unos de los otros, y cuando consiguió tenernos encerrados a cada uno en nuestra isla particular, compuesta de hipoteca, televisión, rebajas en el centro comercial y trabajo más o menos basura, regresó para despojarnos uno a uno de lo poco que nos quedaba. Jaque mate; jugada perfecta. O eso parecía.

Así nos encontró el alba a muchas personas, tiritando de frío y hambre y aferrándonos a los cuatro harapos que esta moderna Parca no logró arrebatarnos. Y con el brillo de este nuevo día que se abre, fuimos capaces de mirar a nuestro alrededor y descubrir que no estábamos solas. Que los despojados éramos legión, y que aún conservábamos alguna fuerza. El frío nos hizo acercarnos, y en el calor de la humanidad nos abrazamos y decidimos salvarnos a nosotras mismas. 

Poco a poco, empezamos a hablar, a compartir nuestras alegrías y nuestras miserias, a entender que lo que pensábamos que era un problema solo nuestro, era en realidad lo mismo que nos pasaba a todas. Y decidimos empezar por el principio. El hambre. El maldito hambre. Recuerdo cómo mi abuelo me contaba que durante la guerra y la posguerra que asoló esta tierra hace casi 80 años se comían fritas las peladuras de las patatas o cazaban ratas para poder comer algo de carne. Que por las calles de Madrid no quedó ni un solo gato. Quién nos iba a decir a muchos hace tan sólo 5 años que aquellas remotas historias iban de pronto a resultarnos tan cercanas...

Hace unos 6 meses, un grupo de personas vinculadas a la Asamblea Popular del 15M de Tetuán decidieron plantar la semilla de lo que con el tiempo acabaría convirtiéndose en el Banco de Alimentos 15M-Tetuán, bajo la filosofía de construir sobre los cimientos de la solidaridad en lugar de sobre la caridad. Lo que nos diferencia de otros bancos es que la gente que recibe la ayuda del banco es la propia gente que lo integra; nuestra estructura es horizontal, cooperativa y autogestionada. Las propias familias afectadas son las que recogen los alimentos que los y las vecinas del barrio deciden aportar a la salida del supermercado o traernos hasta el local en el que nos reunimos, local que nos presta la Asociación de Vecinos Tetuán - Cuatro Caminos y que el Ayuntamiento de Ana Botella está empeñado en arrebatarle a la ciudadanía para destinarlo a otros fines probablemente menos nobles. Son también ellas quienes se encargan de diseñar la logística, de organizar el almacén, de planificar las acciones, de todo. Además de las personas beneficiarias, también colaboran en el banco personas que lo hacen sin recibir alimentos, en pie de igualdad con las primeras a la hora de la toma de decisiones o de llevar a cabo las tareas. En las asambleas que llevamos a cabo todas las semanas cada vez somos más gente y estamos más unidos. Esto solo es el principio, pero ya nos hemos mirado a los ojos, ya nos hemos reconocido los unos a los otros, y por fin hemos empezado a caminar todos juntos.  

Sabemos además que no estamos solos. A lo largo y ancho de todo Madrid están creciendo iniciativas solidarias, desde abajo y despacito, pero fundando sus raíces bien profundas, de las que nos sentimos hermanos y con quienes colaboramos, como la RSP (Red de Solidaridad Popular), iniciativa que está creciendo y diversificándose a velocidad de vértigo y con quienes hemos estado en contacto últimamente, pero este es el principio de otra historia. Nosotros, de momento, vamos despacio, pero eso es porque vamos lejos.


El 15M ha muerto. Larga vida al 15M.


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